En esta cafetería necesitan un traductor.
Me encanta lo de "targetas"; es increíble cómo se puede cambiar incluso una letra que en el original era correcta. De verdad que es sorprendente que quien lo escribió no haya oído hablar de las "credit cards".
Pero lo que no tiene desperdicio es la disculpa final. Es que no hay por donde cogerla.
martes, 3 de diciembre de 2013
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