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miércoles, 21 de agosto de 2013

Restautantes ¿japoneses?

Hace ya tiempo (un año) abrieron cerca de mi casa uno de estos restaurantes que se están poninedo de moda: chinos disfrazados de japones.
Y es que la moda de lo asático ha llegado fuerte a través del sushi, pero muy pocos japoneses quieren abandonar su archipiélago para buscarse la vida en España.
Sin embargo los chinos llevan años montando restaurantes en nuestro país. Aunque la comida china ha llegado al límite y actualmente está muy devaluada. Hablar de un restaurante chino muchas veces es sinónimo de mala calidad, mucha comida y muy barata. El lugar perfecto para irte con los amigotes a celebrar una fiesta, se puede comer hasta que te hartes por poco dinero. Y luego te invitan a chupito de flores. Pero la comida es grasienta, llena mucho y alimenta poco. Y el aspecto sucio de alguno de ellos o su decoración muchas veces echan para atrás.
Está claro. Los restaurantes chinos necesitaban una forma de modernizarse. Por eso se aprovecharon de la fiebre de los occidentales por el pescado crudo y empezaron a servirlo en sus restaurantes. Sin embargo, no es realmente comida japonesa. Hay híbrido raros, como el niguiri con tortilla, y una extraña mezcla de makis con pan chino y dim sum.
No tengo nada en contra de la mezcla, pero prefiero calificar al restaurante como asiático en vez de japonés. Es más sincero.
También hay una gran diferencia en la mentalidad de los empresarios. Normalmente los japoneses que abrían restaurantes en España se esforzaban por dar una buena imagen (decoración, cocina, servicio, conocimiento del idioma). Hay un caso concreto de un restaurante japonés de mi barrio: cuando me mudé era un rstaurante japonés que me encantaba y a donde llevaba a todos mis amigos; pero un tiempo después la dirección cambió a otras manos asiéticas y ya no tiene nada que ver (gyozas frías, ternera con nervios, arroz duro...); no he vuelto.
Y centrándome en el conocimiento del idioma (algunas personas lo consideran un tema de respeto cultural hacia el país que te acoge) me quedé de piedra cuando vi este cartel anunciando la apertura de un nuevo restaurante "japonés":



He localizado 10 errores lingüísticos (ortográficos y gramaticales), pero quizá se me ha escapado alguno.

Pedí comida a domicilio de este restaurante y, aunque no estaba mala, no era lo que se suele servir en otros restaurantes japones del barrio y de la ciudad (y tampoco es barato al contrario de lo que pueda parecer por su nombre, muy bien escogido, por cierto, al igual que las pilas penesamig).
En fin, quizá me haya ensañado un poco, pero me resultan un pelín ofensivas las mentiras y los engaños y no suelo ser amiga de las chapuzas.

Hola olita



¿De verdad nuestro Gobierno no sabe escribir? ¿O el documento lo tituló otro? ¿Quien lo copió no se dio cuenta? ¿Es que nadie pudo haber cogido el documento y cambiarle el nombre?

Quizá yo me equivoque y realmente lo que querían era saludarla. En ese caso hubiera quedado mejor decir:

Hola olita de calor.