Rotular en español está prohibido en las Islas Baleares
15/07/2008
Baleares es, con diferencia, la comunidad autónoma española que incumple en mayor medida el bilingüismo en la rotulación de los espacios públicos. De hecho, en abril puso en marcha una campaña informativa entre los 30.000 trabajadores de instituciones públicas en la que les recordaba, entre otras cosas, que señalizar en castellano está prohibido. Y, por supuesto: "No se pueden hacer versiones bilingües".
La actual directora de Política Lingüística, Margalida Tous, del nacionalista Partido Socialista de Mallorca (no confundir con el PSOE) y ex alcaldesa de Artà, fue la encargada de anunciar la campaña, y argumentó su necesidad en que "el uso del catalán se ha relajado en los últimos tiempos".
Si hablamos de señalización, los miedos de Tous parecen exagerados. Toda la información oficial nueva está sólo en catalán. En los edificios públicos que dependen de Gobierno autonómico el castellano sólo aparece en los carteles viejos. Este predominio aplastante contrasta con el que se observa en el sector privado, donde la presencia del castellano es apabullante.
Tras la eliminación total del catalán durante el franquismo, la democracia comenzó un proceso de normalización, es decir, de devolución de los derechos lingüísticos y potenciación de las lenguas reprimidas. Todos los pasos que en Baleares se han dado en esta dirección han sido a imitación de Cataluña. El primero fue el reconocimiento de cooficialidad del catalán junto al castellano en la Constitución de 1978 y el Estatuto de Autonomía balear de 1983. Sin embargo, los cambios no empezaron a notarse en la calle hasta la publicación de la Ley de Normalización Lingüística de 1986 (Cataluña tenía la suya desde 1983). Aprobada por el Gobierno de Gabriel Cañellas (PP), establecía el catalán como lengua de la Administración autonómica. Claro que, en aquel momento, las competencias en Educación y Sanidad no estaban transferidas; llegaron en 1998 y 2003, respectivamente.
La nueva normativa cambió la señalización y la rotulación. Lo primero fueron los topónimos de las Islas, que pasaron a tener "como única forma oficial la catalana". Las Islas Baleares pasaron a llamarse Illes Balears, Ibiza era Eivissa, Ciudadela era Ciutadella, La Puebla era Sa Pobla, etcétera. Todos los nombres oficiales de poblaciones, municipios, territorios y vías de comunicación interurbanas volvieron a tener su nombre en catalán. En cuanto al de las calles, fueron los ayuntamientos los que poco a poco fueron cambiando las placas. Actualmente, no queda ni una que ponga calle; todas son carrer.
Esto no quiere decir que se cambiara el nombre de la calle. Hasta la promulgación de la Ley de Memoria Histórica, la ciudad de Palma ha mantenido la mayoría de los nombres impuestos durante el franquismo. La calle Capitán Salom pasó a ser Capità Salom, Paseo Marítimo a Passeig Marítim y Cecilio Metelo Cecili Metel.
El Govern de Cañellas dispuso en el artículo 15 de la Ley de Normalización que "la rotulación pública se hará en lengua catalana". El castellano sólo se emplearía si "así lo aconsejan las circunstancias sociolingüísticas". En este caso, cuando se hiciera alguna señalización bilingüe, "a primera versión debe ser la catalana".
El único ámbito en el que la ley obligaba a utilizar los dos idiomas era en los servicios de transporte público, los impresos, los avisos y las comunicaciones al servicio público.
Cuatro años después se avanzó en la normalización. La nacionalista Maria Antonia Munar, de Unió Mallorquina, redactó como consejera de Educación –gobernaba en coalición con el PP– el decreto 100/1990, que prácticamente eliminaba el castellano de la Administración balear. Sus artículos eran tan revolucionarios que quedaron en el olvido durante años.
Nadie los recordaba hasta que la actual directora de Política Lingüística del Govern, Margalida Tous. El 29 de abril, coincidiendo con el 22º aniversario de la Ley de Normalización Lingüística, anunció el reparto de los citados 30.000 folletos-recordatorio.
Carteles viejos en castellano
Transeúntes y conductores sólo pueden informarse en catalán. Se limita, además, la posibilidad de que se hagan versiones bilingües a circunstancias sociolingüísticas de especial trascendencia", es decir, que es menos permisivo en este aspecto que la Ley de 1986. Y que se deben redactar en catalán las inscripciones y rotulaciones que identifiquen bienes muebles e inmuebles. El avance de la normalización es visible sobre todo en los hospitales. El viejo Son Dureta posee todavía carteles sólo en castellano, pero los nuevos Son Llàtzer, Comarcal de Inca y Mateu Orfila de Menorca tienen toda la señalización exclusivamente en catalán.
A pesar de todo, al caminar hoy por las calles de Palma –ciudad que concentra casi la mitad de los ciudadanos de Baleares– se recibe mayoritariamente información en castellano. La gran mayoría de los negocios privados prefiere rotular en esta lengua. Incluso se pueden encontrar restaurantes en pleno centro con la información en castellano, inglés y alemán, pero no en catalán. Enfrente del mismísmo Parlament hay una peluquería con toda la rotulación del escaparate sólo en castellano. No obstante, las indicaciones de obras, las alcantarillas, las placas de las calles, las señales de aparcamiento, turísticas, etcétera, están sólo en catalán.
Para intentar cambiar esta discrepancia, el Govern ha promulgado la Ley de Comercio, que multará con hasta 15.000 euros a los que no rotulen al menos en catalán. Hasta ahora, sólo se conoce la apertura de expediente a siete comercios que no se expresaban ni en catalán ni en castellano. En el resto de poblaciones de Mallorca la presencia del castellano es sensiblemente menor. Existe en la Isla la creencia, parcialmente cierta, de que en Palma se habla el castellano y en el resto el catalán. Casi el 100% de la información oficial y privada de los pueblos está sólo en esta última lengua. Sólo en las localidades de mayor densidad de población, como Manacor, Inca y Calvià hay una presencia palpable de comercios rotulados en castellano.
Ibiza y Menorca
En Ibiza ciudad, según estimaciones de este diario, sólo el 25% de los comercios eligen el catalán. Sin embargo, en Mahón (Menorca) la rotulación privada es más equilibrada. Como ejemplo, los dos estancos más céntricos de la ciudad menorquina rotulan en diferentes idiomas, uno en catalán y el otro en castellano.
La presión de la Administración balear sobre la rotulación en castellano contrasta con la proliferación de otras lenguas no oficiales. En zonas turísticas de Mallorca como S’Arenal y Magaluf, los comercios utilizan exclusivamente el alemán o el inglés. En Formentera también hay comercios que rotulan sólo en italiano, ya que en verano casi todo el turismo procede de ese país.
Manuel Aguilera El Mundo Palma de Mallorca.
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1 comentario:
Luego pasa lo que pasa. Existe una bolsa de empleo para la docencia en la web de CCOO. Piden profesores de todo para Baleares (incluido español para extranjeros)porque no cubren esas plazas con la gente que se ha presentado en esa comunidad. Hasta aquí guay, ¿no? Pues no, porque te exigen el título de conocimiento del catalán, por lo que yo no me puedo presentar.
No me extraña que tengan que pedir profesores fuera, si ni siquiera ellos saben catalán para presentarse, pero vaya gracia que los únicos que puedan optar a esas plazas sean los de Cataluña y Valencia mientras que no ocurre lo mismo a la inversa, ellos se pueden presentar en Madrid si les sale de los cojones.
Sinceramente, no me parece justo.
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