Moretón
‘Cardenal (moradura de la piel)’. Esta es la forma originaria y la única usada en el español de América: «Le tocó a ella ponerle emplastos en los moretones» (Allende Eva [Chile 1987]); en España, moretón, forma preferida en zonas como Andalucía, Canarias o Cataluña, alterna con moratón, mayoritaria en el habla culta del centro peninsular: «El paso del tiempo iba borrando de los pechos las marcas de los mordiscos y los moretones» (Mendoza Ciudad [Esp. 1986]); «Tiene un moratón en la frente» (Merino Choz [Esp. 1987]).
viernes, 31 de julio de 2009
Pirómano e incendiario
«pirómano», «incendiario»
La Fundación del Español Urgente recuerda que no deben confundirse los términos pirómano e incendiario.
Un pirómano es una persona que padece piromanía, un trastorno que se caracteriza por que quienes lo sufren disfrutan provocando fuegos y observando sus consecuencias; alguien, pues, que tiene una determinada enfermedad.
Sin embargo, en estos días es habitual encontrar en la prensa frases como: «Tres pirómanos detenidos en Córcega, donde han ardido más de 5.000 hectáreas», «Los pirómanos y las negligencias desencadenan una semana de incendios en la Comunidad Valenciana», «La Policía piensa en la existencia de más de un pirómano autor de los últimos fuegos en Teruel», en los que se utiliza pirómano con el sentido de 'persona que provoca incendios de forma intencionada', cuando debería emplearse el término adecuado, incendiario, y reservar pirómano para los casos en que se tengan pruebas de que quien provoca el fuego padece la mencionada enfermedad.
La Fundéu BBVA recomienda, pues, que solo se emplee pirómano para referirse a quienes padezcan el trastorno denominado piromanía, y que en el resto de los casos se utilice incendiario.
La Fundación del Español Urgente recuerda que no deben confundirse los términos pirómano e incendiario.
Un pirómano es una persona que padece piromanía, un trastorno que se caracteriza por que quienes lo sufren disfrutan provocando fuegos y observando sus consecuencias; alguien, pues, que tiene una determinada enfermedad.
Sin embargo, en estos días es habitual encontrar en la prensa frases como: «Tres pirómanos detenidos en Córcega, donde han ardido más de 5.000 hectáreas», «Los pirómanos y las negligencias desencadenan una semana de incendios en la Comunidad Valenciana», «La Policía piensa en la existencia de más de un pirómano autor de los últimos fuegos en Teruel», en los que se utiliza pirómano con el sentido de 'persona que provoca incendios de forma intencionada', cuando debería emplearse el término adecuado, incendiario, y reservar pirómano para los casos en que se tengan pruebas de que quien provoca el fuego padece la mencionada enfermedad.
La Fundéu BBVA recomienda, pues, que solo se emplee pirómano para referirse a quienes padezcan el trastorno denominado piromanía, y que en el resto de los casos se utilice incendiario.
sábado, 25 de julio de 2009
Envergadura
«envergadura» no alude a «altura»
La Fundación del Español Urgente aclara que envergadura no alude a la altura.
Hablando de la torre de Hércules, un periódico escribía hace poco: «El faro romano se elevaba entre 34 y 36 m; con el alargamiento de 1791 se alzó otros 21, lo que le da la envergadura actual de 57 m».
Como se ve, la noticia se refiere a la altura del faro, pero resulta que envergadura no quiere decir 'altura' -confusión que aparece frecuentemente en los medios de comunicación-, sino 'distancia entre los extremos de las alas de un avión, o las de un ave cuando están abiertas', 'distancia de los brazos humanos completamente extendidos en cruz' o 'importancia, amplitud, alcance' (como en «Es un proyecto de gran envergadura»).
La Fundéu BBVA recomienda, pues, usar prudentemente la palabra envergadura y no emplearla nunca para significar 'altura' o 'tamaño'; en ese caso, utilícense estos términos u otros similares.
La Fundación del Español Urgente aclara que envergadura no alude a la altura.
Hablando de la torre de Hércules, un periódico escribía hace poco: «El faro romano se elevaba entre 34 y 36 m; con el alargamiento de 1791 se alzó otros 21, lo que le da la envergadura actual de 57 m».
Como se ve, la noticia se refiere a la altura del faro, pero resulta que envergadura no quiere decir 'altura' -confusión que aparece frecuentemente en los medios de comunicación-, sino 'distancia entre los extremos de las alas de un avión, o las de un ave cuando están abiertas', 'distancia de los brazos humanos completamente extendidos en cruz' o 'importancia, amplitud, alcance' (como en «Es un proyecto de gran envergadura»).
La Fundéu BBVA recomienda, pues, usar prudentemente la palabra envergadura y no emplearla nunca para significar 'altura' o 'tamaño'; en ese caso, utilícense estos términos u otros similares.
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